Con “El jinete eléctrico”, Sidney Pollack realiza, sin decirlo, su reinterpretación del género western en el personaje protagonista, interpretado por Robert Redford, un antaño reputado jinete que, porque el western ya no es lo que era, es ahora una herramienta publicitaria. Pertrechado de un traje lleno de luces de neón y diodos LED, monta a un caballo que cuesta una docena de millones de dólares.