Camille (Isabelle Adjani), la hermana del escritor Paul Claudel, sintió desde niña una gran pasión por el arte y en especial por la escultura a la que dedicó gran parte de su vida. El escultor Auguste Rodin (Gérard Depardieu) fue su maestro, y ella se convirtió en su musa. Entre ambos surgió una tormentosa relación amorosa plagada de crisis y rupturas. La escultora tuvo también una vida personal muy agitada: era una mujer demasiado libre e independiente que no se adaptaba a las costumbres y convencionalismos de su época. Al final de su vida, vivió como una mendiga y acabó siendo internada en un psiquiátrico por sus problemas mentales.