Una joven belga (Audrey Hepburn), que pertenece a una familia burguesa, ingresa como novicia en un convento. Tras profesar como monja, es enviada al Congo para trabajar como enfermera en una misión, como era su deseo desde niña. Sin embargo, su sorpresa será mayúscula cuando compruebe que no será destinada a atender a los nativos, sino a los europeos que viven allí.