Convencido de su propia inteligencia y talento, René Brunel (Robert Hossein) decide probar que está por encima de la moralidad burguesa y asesina a una vieja usurera a sangre fría. El comisario Gallet (Jean Gabin), encargado del caso, le perseguirá de forma implacable y sutil, convencido que tiene algo que ver en el asunto. Esa presión asfixiante sumada a las ideas surgidas en sus conversaciones con Lili Marcelini (Marina Vlady), una prostituta a la que ha conocido hace poco, harán que la conciencia de René caiga sobre él, sin misericordia.