Cuatrocientos años después de la fundación de la República, Roma se ha convertido en una metrópli dominante, con un millon de habitantes y con tal abundancia de riquezas que se trata de la ciudad más rica del mundo, hasta el punto de convertirse en su propio Imperio. Para garantizar la expansión de este poder se forma esta República, aunque esta comienza a tambalearse por culpa de los excesos y la corrupción de varios actores interesados.